
El remecer del corazón hace despertar las fuerzas que en uno viven.
Da la posibilidad de tomarlas en nuestras manos y convertirlas en lo que profundamente sabemos que es correcto, para no dejarlas derramarse y verlas perderse en el ayer.
Este remecer, este temblor del alma, este momento que abre las puertas del espíritu es nuestro momento, da a cada uno de nosotros.
Si pensamos y actuamos con valentía atravesando temores, realizando actos que el mundo necesita, entonces los hechos absurdos y los crueles no serán la verdad del mañana...
Imploro, reclamo, pido, incluso espero que tomemos estas fuerzas. Del dolor siempre puede nacer la rosa eterna, la que no muere.
Iris Leal