"El hecho de que alguien más te ame no te rescata del proyecto de amarte a ti mismo". -Sahaj Kohli
¿Cuál es la única cosa sin la que ningún humano en este planeta puede vivir? Si respondiste al oxígeno, tienes razón. Dependemos de muchas cosas para nuestra supervivencia, y la más básica de ellas es el oxígeno.
Puedes sobrevivir unos días sin agua, comida o refugio, pero no puedes seguir con vida durante más de unos minutos sin oxígeno. Y no es suficiente solo respirar oxígeno; también tiene que estar limpio.
Sí, podemos sobrevivir con aire contaminado, pero pagamos un alto precio por ello a largo plazo. La ausencia de aire limpio para respirar se muestra como una falta significativa de rendimiento, lo que afecta a nuestro enfoque, energía y nitidez. También conduce a una variedad de enfermedades.
Si bien el oxígeno es necesario para la supervivencia de tu cuerpo físico, tu bienestar emocional y espiritual se basa en lo que veo como otra forma de oxígeno, algo que va más allá de la supervivencia básica.
Es el conocimiento de que eres digno, invaluable e indispensable.
Este conocimiento es el oxígeno que mantiene tu bienestar mental, lo que le permite optimizar tu calidad de vida.
Cuanto más seguro estés sobre tu valor y propósito inherentes, más eficazmente puedes asumir tu responsabilidad y cumplir con tu propósito.
Tu valor individual nunca pueden ser cumplidos por alguien o algo más, porque es parte de TI; provienen de tu ser central, no de influencias externas. Esto es lo que te hace inherentemente digno.
¿Puede haber algo mejor que darse cuenta de tu valor inherente y ya no tener que buscarlo en el mundo que te rodea? Nada mejor y así lo creo. Para mí, esa sensación de dignidad no tiene precio.
Cuanto menos claros somos sobre nuestro valor inherente, más débiles creemos que somos; esto afecta nuestra determinación, resiliencia, impulso y sentido de uno mismo.
Vivir con falta de claridad personal es similar a respirar aire contaminado. Debilita nuestro rendimiento, afectando nuestra energía y claridad mental. También crea muchas formas de dolor emocional, descontento y soledad.
Suena bastante perjudicial, ¿no crees?
Al tomar medidas hacia el cambio, puedes limpiar tu ingesta diaria de oxígeno y vivir de manera que sean más congruentes con lo que estás destinado a ser. Esto no solo puede ayudarte a crear una vida significativa, sino que también puede ayudarte a cultivar la paz, la alegría y la calma interna.
Buscando nuestra valía
Hay dos formas esenciales en las que buscamos un sentido de dignidad, y el camino en particular que elegimos tiene enormes implicaciones para nuestra calidad de vida.
O buscamos el valor desde dentro, o lo buscamos desde fuera.
Cuando buscamos la dignidad desde dentro y somos conscientes de nuestro valor inherente, nos volvemos emocional y espiritualmente sanos y fuertes. Básicamente, nos volvemos imparables, solo confiando en nuestro yo inherente para saber quiénes somos y qué tipo de vida estamos destinados a vivir.
Estamos más enfocados y en sintonía con nuestro propósito y misión personal. En última instancia, nos convertimos en creadores tranquilos y centrados de nuestro propio destino, viviendo en un mundo que está controlado por fuerzas internas en lugar de por circunstancias externas.
Cuando buscamos el valor fuera de nosotros mismos, dependemos de las personas, las cosas y las circunstancias que nos rodean para decirnos que somos dignos. Nos volvemos dependientes de todo y de todos, con la esperanza de que calmen nuestra lucha interna.
Adoramos a las personas, los objetos materiales y el éxito financiero como falsos dioses, con la esperanza de que nos proporcionen el oxígeno que anhelamos tan desesperadamente.
Así como debemos tener oxígeno para sobrevivir, también debemos tener un sentido de dignidad; nuestra supervivencia emocional y espiritual depende de ello. Y al igual que la calidad del oxígeno que respiramos afecta directamente a nuestra salud física, también lo es la calidad de nuestro oxígeno espiritual y emocional.
Cuando nuestra dignidad se basa en fuentes externas, nuestra fuente de oxígeno está contaminada y tendemos a sentirnos insalubres. Basarnos en las recompensas externas como motivación nos mantiene en deuda con las personas que nos rodean.
Cuando podemos encontrar formas de trabajar internamente nuestra dignidad, nos sentimos mejor con nosotros mismos y es mucho menos probable que nos esforcemos por tener relaciones sin sentido, permanezcamos en trabajos que odiamos o actuemos de maneras que no reflejen lo que realmente somos.
El gran poeta estadounidense Robert Frost escribió en The Road Not Taken: "Dos caminos divergieron en un bosque, y yo, tomé el menos transitado, y eso ha marcado la diferencia".
¿Qué camino elegirás?
Abrazos de Luz 🌟