
Hoy al mirarme al espejo, mis ojos del alma, solo se detuvieron a ver, las cicatrices que acompañan a mi cuerpo.
Hoy por primera vez, las puedo observar sin juzgar a ninguna de ellas. Porque comencé a descubrir, lo que había debajo de cada una de esas heridas ya cicatrizadas.
No había alguna, que no estuviera ahí sin ningún motivo o razón. Ellas y mi alma, comenzaron ese viaje de ida hacia dentro. Dónde solo ahí, estaba mi verdadera sanación.
Y ahí estaban ellas; ahí estaban esas cicatrices que vienen acompañándome, hoy adulta, desde mis ancestros, por los secretos guardados, por creencias o contratos familiares.
También encontré las cicatrices que vienen conmigo, desde mi infancia. Cuando me invadió el miedo a que me abandonaran, al no escuchar una palabra dicha con amor o no sentir el calor de un abrazo.
Mi alma pudo visualizar a cada una de ellas. Y así fueron apareciendo otras marcas. Soledad, tristeza, enojos, silencios…. Que todo eso guardado, hacían que mi cuerpo, estuviera siempre alerta.
Hoy que mi alma se detuvo a observar mis cicatrices, mi mente y mi corazón, entendieron que cada ser trae consigo un equipaje. Que por momentos se nos hace muy pesado, pero aún así, seguimos caminando.
Mi mente y mi corazón, hoy están escuchando a mi alma, y ella suavemente, cada día les susurra, que no hay premios por llevar cargas tan pesadas. Ni tampoco hay castigos, por detenerte en el camino, y quedarte con lo único que te pertenece.
Ser quien eres…
Compartido con amor
Andrea 🌸
Puedes contactarme al WhatsApp +54 9 3573 499771