Es común que todas carguemos heridas emocionales de infancia, que tienen que ver con la crianza, pero también con la sociedad y entorno en que crecimos.
El mecanismo más común para taparla es poner sobre esa herida un parche, una máscara para ocultarla…
Por eso en este post las invito a quitarnos esa careta, sanar desde el amor propio esos dolores emocionales y así evitar que afecten negativamente nuestra vida.
Herida emocional: rechazo
Máscara: retraerse
Para sanar esta herida, demuestra que tu pasado no te define y empodérate.
Ponte al mando de tu vida, atrévete a asumir riesgos y toma decisiones desde tu propia seguridad.
Tienes TODO para brillar, pero primero debes creerlo tu.
Herida emocional: abandono
Máscara: dependencia
Para liberarte de ese dolor, aprende a sentirte cómoda y tranquila con tu soledad.
Busca esos momentos para estar contigo, para reflexionar y para encontrar la felicidad, primero sola y luego acompañada.
Herida emocional: humillación
Máscara: masoquismo (emocional y mental)
Trabaja en tu independencia, libertad, prioridades y en cómo aprender a escuchar y atender tus necesidades personales. No permitas que las heridas de tu pasado limiten todo lo que tienes para dar.
Herida emocional: traición
Máscara: control
Aprende a confiar y a ‘soltar’ cuando las cosas no suceden como lo has planeado.
Sanar esta herida implica permitirte fluir con los procesos y comprender que no lo puedes controlar todo. Déjate sorprender, verás qué bien se siente.
Herida emocional: injusticia
Máscara: rigidez
Date permiso para cometer errores sin castigarte por ello. Aprende a reconocer en ti lo bueno, y lo malo, y a amar esa imperfección. Está bien mostrar tu sensibilidad, sentirte vulnerable, llorar… Tu lado A y lado B es lo que te hace única y especial.
Compartido con amor
Andrea 🌸
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