Existe la carta de duelo. Comúnmente, se le conoce como “Carta de Liberación del Clan Familiar”, pero puede tener cualquier otro nombre parecido.
Se trata de una carta que deberá redactarse a mano y en la que escribiremos todos aquellos aspectos negativos de una persona, de un grupo de personas o de un hecho simple en particular.
En esta carta deberás escribir “oraciones”, “sentencias”, “enunciados” o como quieras llamarle al modo en que escribes en algunos renglones de texto, la idea general de lo sucedido o de lo que quieres liberarte.
Hay muchas metodologías para realizar duelos, la mayoría enfocada a realizar duelos por personas fallecidas, que se han ido, o bien, a relaciones que han terminado, estas son otras cartas y realmente no se parecen mucho.
Una carta de liberación, de duelo, debe incluir necesariamente emociones negativas, hechos negativos, opiniones negativas, resentimientos, ira y enojo. Esto la diferencia de muchos otros tipos de cartas, que incluyen agradecimiento, reconocimiento, amor eterno y aceptación.
Una carta de duelo, en general, por ejemplo para aceptar que mi abuela ha muerto, diría cosas como:
“Abuela, te agradezco todo el tiempo que en mi infancia me regalaste, tus enseñanzas y tu cariño, gracias también por haber cuidado de mí todas las ocasiones en que estuve enfermo, hoy te dejo ir y me despido sabiendo que estarás mejor y que pronto, cuando sea el tiempo, volveremos a reencontrarnos en otro tiempo y lugar”.
¿Suena bonito no?
Pues bien, eso no es muy útil, porque la metodología está básicamente enfocada en liberar emociones atrapadas, bloqueadas, cosas que nunca he dicho y que jamás diría.
En una carta de duelo, tendrías que escribir algo como:
“Abuela, yo me libero de repetir tu historia, de verdad reconozco que no merezco sufrir todo lo que tú sufriste. Me libero de que tú no hayas tenido la oportunidad de estudiar para intentar disfrutar de una vida mejor, y que hayas sido educada para soportar y tolerar, de ninguna manera yo quiero eso en mi vida.
Me libero de todas tus dolencias y sufrimientos, de la muerte de todos los hijos que con tanto gusto esperaste pero que no se lograron, de tu vida amorosa frustrada y llena de lágrimas”.
¿Sienten la diferencia?
Porque hay muchas escuelas espirituales, terapias y técnicas, en donde escribir cartas de duelo es más un ejercicio de aceptación del karma, de reconocimiento a la energía universal y demás, pero realmente, para la vida cotidiana, para el día a día, resultan insuficientes porque nos invitan a perdonar y a aceptar, cuando aún tenemos el corazón o la mente llena de basura emocional.
Yo no puedo decir “Bendito Universo acepto todo lo que me envías”, cuando ayer me robaron el coche, mi marido me engaña, no tengo dinero, a mi hijo lo molestan en la escuela, se me rompió una uña y el banco me pide el pago de la hipoteca de la casa.
Es todo un camino de liberación, por lo tanto, no puedo comenzar mi sanación puliendo el piso con la mejor cera, cuando ni siquiera he barrido el polvo.
Es todo un camino y proceso, por el cual yo debo ir comprendiendo mi realidad desde otro punto de vista. Y de ninguna manera, en éste restaurante de la vida, se sirve el postre antes del plato de entrada.
¿Cada cuánto tiempo debo escribir mis cartas?
Inicialmente se comienza por una carta, casi siempre, posterior a la revisión del árbol genealógico, porque de esa manera, ya sé quiénes serán los familiares que estarán incluidos en mi escrito y liberaré todas aquellas historias que no quiero para mí.
Posteriormente, yo puedo redactar por ejemplo, una carta cada fin de año, liberando los malos sucesos que han ocurrido y soltándolos para estar lista y comenzar un año nuevo muy distinto.
La primera carta, tan sólo la primera carta de liberación que se escribirá para la familia, casi siempre puede demorar más de 30 días en ser terminada.
Porque es una escritura lenta, sensible, llena de emociones que nos cortan las ganas de seguir escribiendo porque nos hemos soltado llorando.
Cada frase, cada renglón de esa carta, debe ser un desfogue de dolor, ira y frustración.
Así que esas cartas de duelo escritas en una tarde, no sirven.
En el siguiente ejemplo, podrán ver la diferencia, entre una frase que no sirve y una frase efectiva:
FRASE QUE NO SIRVE PARA LIBERAR NADA
- Papá, yo me libero de tu mal carácter
FRASE EFECTIVA PARA LIBERAR
- Papá, ¿recuerdas aquella mañana cuando entré a tu habitación a darte un beso de buenos días y me corriste dándome un empujón, diciéndome que no querías que yo te molestara tan temprano? Me rompiste el corazón papá, es muy difícil acercarme a ti por ese carácter tan feo que tienes. Yo quisiera que me abrazaras más, que me dijeras palabras bonitas y no las recibo papá, me libero de ser como tú o de ser un padre como tú.
¿Ya ven por qué sería imposible terminar una carta familiar en una tarde?
Porque de cada miembro de la familia, hay que escribir lo malo, lo que nos han hecho y nos ha dolido, lo que nos han dicho y nos ha dolido, etc.
Y ahora, una aclaración más.
Es común que algunas personas, hagan una carta completa por persona, y está bien. Pero como cada carta de liberación ya incluye un prólogo y un final, sería demasiado cansado hacer más de 50 cartas.
Por lo tanto, consideren que es una sola gran carta, con un único prólogo, pero que ustedes usen una hoja en blanco para cada persona de la familia. Con esto, al final obtendrán tal vez, 4 hojas para tu padre, 5 hojas para su madre, 3 hojas para el abuelo, 2 para la abuela y al final, será como un libro con varios capítulos sin revolver ideas ni historias.
Posteriormente, ustedes podrán hacer ya, cartas específicas por personas específicas y obviamente podrán demorar tiempo en terminarlas.
¿Puedo poner algo bonito al final de alguna cosa fea que escriba?
Lo más recomendable es que NO.
Porque esa carta será quemada y únicamente queremos quemar lo malo.
Por lo tanto, si quieren escribir algo como:
“Mamá, yo me libero de que hayas deseado que yo fuera niña y de que toda la vida me hayas rechazado, pero te quiero”. Omitan el “te quiero”. Ese sentimiento déjenlo con ustedes, no lo quemen. Por lo tanto, no lo escriban.
Y finalmente, recuerden que todos, absolutamente todos los seres humanos, hemos crecido en la cultura de la “eso te tocó, te aguantas”. En la creencia de que los padres son sagrados y de que debemos ser eternamente agradecidos.
Y pudiera ser que nos cueste algo de trabajo atrevernos a escribir algo negativo de alguien a quien se nos enseñó a idolatrar.
Por lo tanto, será necesario que entiendas varias cosas:
- Nadie más que tú, leerá tu carta.
- Es tu oportunidad para sacar todo ese enojo, rencor, tristeza, que llevas cargando en tu interior gracias a dicha persona.
- Nada le pasará a dicha persona por mucho que escribas cosas negativas.
Se trata de un desahogo emocional, de sacar y quemar, para ahora sí, poder soltar y avanzar en la vida con paz y tranquilidad.
Con el paso del tiempo, una vez pasada la cuarentena que sigue a cada carta que escribas, tendrás la libertad ahora sí, de pulir el piso, porque en tu interior, sabrás y sentirás que has barrido por completo con toda la basura emocional que venías cargando.
Espero que con esta explicación, te sea más fácil redactar tu o tus cartas de duelo.
Compartido con amor
Andrea 🌸
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