
Si te vas, amado mío, y el viento revuelve tu ser hasta perderlo, como las hojas arremolinadas antes del invierno.
Si tu voz se desvanece y no alcanza mi oído a definir el canto y solo las nubes lo llevan volando.
Si tu mano ya no alcanza la mía y te dejo ir, como deja la tierra las flores partir.
Si te amara como ama la gota a la hoja, sin tiempo en los destinos verdes.
Si te amara ancho como la nieve se entrega a las montañas.
Los días azules fueran más azules, y tú mirada estuviera en todo.
Si pudiera, amado mío, amarte sabiendo que llorarás, viendo como la espada te clava e igual que la nube retuviera el agua sagrada.
Buscando tu mano para sostenerte, humildemente sostenerte.
Si lograra amarte así, amado mío, nuestro beso sería eterno. Iris Leal