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¿Qué es la Oración?
La oración es la posibilidad dada al hombre de tener acceso a otra dimensión, a otro orden de cosas. Evidentemente, en el exterior nada cambia para él: si hace frio, tiembla de frio; y si está enfermo, es posible que siga estándolo.
Es en su corazón y en su alma que la oración produce grandes transformaciones. Un hombre está a punto de morir… aunque se encuentre sólo, abandonado y en la miseria, el impulso de su alma hacia Dios le proyecta hasta un mundo de paz, de luz y de alegría. Mientras que, en iguales condiciones, aquél que no reza, que no sabe rezar, albergará en su corazón sentimientos de rebeldía, de odio, y estos sentimientos crean malas condiciones para su existencia en el más allá así cómo para su próxima encarnación.
Si la religión trata de convencer a los moribundos para que restablezcan el contacto con Dios, y se confíen a Él, es porque aunque hubieran sido grandes pecadores, la oración sincera que hacen en el último minuto les permite entrar en otro estado de conciencia que les abre el camino de la salvación.
(Texto de Omraam Mikhaël Aïvanhov)
¿Cómo Orar?
La oración nos vincula con la divinidad ( Dios, Mente, Universo, Marstro o con lo que te sientas identificado).
En oración, creas un espacio sagrado en el cual comulgas con esta divinidad.
Te dejo a continuación cinco pasos que te ayudaran a orar y a profundizar tu vínculo con la divinidad y aumentar tu nivel de conciencia.
Descansa
Aparta tiempo cada día para la oración. Comienza tu tiempo de silencio relajando cada parte de tu cuerpo y abriendo tu mente a la conciencia divina.
Respira profundamente, consciente de que estás en la presencia de tu divinidad y que ésta Presencia está en ti.
Deja ir tus preocupaciones y reconoce que todo está bien.
Concéntrate
Al cerrar los ojos y dejar ir cualquier pensamiento del mundo a tu alrededor, comienza a pensar en tu divinidad… acerca de Su presencia en tu vida. Enfoca tu mente en un pensamiento, una idea o una escritura que resuene contigo.
Repite esta idea una y otra vez, bien sea en silencio o en voz alta, hasta que se convierta en tu único pensamiento.
Medita
Permite que esta concentración mental te lleve a una conciencia más profunda de la divinidad.
“Estad quietos y conoced que yo soy ........”.
Permanece quieto a medida que te vinculas con esta presencia divina en ti.
Reconoce
Desde lo más profundo de tu ser, reconoce que eres uno con la divinidad.
Esta certeza, esta comprensión que sientes en la presencia sagrada de tu divinidad es una “comunión silenciosa del alma”.
En este estado receptivo de mente y corazón, presta atención a la inspiración divina, las respuestas a tus oraciones.
Da gracias
Permite que la gratitud sea la respuesta gozosa de tu corazón a esta experiencia de comunión con tu divinidad y con su bondad infinita.
Da gracias por las bendiciones en camino, listo para recibir tu bien.
Abrazos de Luz 🌟