
Todo vive en mí; la desazón y el ánimo colorido el pequeño mineral y pájaro altivo la llave sinergia del aire. ¡Qué en brisa matutina recale!
Entonces, ¿Cómo no coger en mis manos al otro?
Y me dan el oro para el hijo deslizándose desde mi pecho para atesorarle, fino alimento. ¡Qué también en su cuerpo, el mundo!
Todo vive en mi en talento; la fuerza de la ola la relación que entrega la palabra el calor que genero en movimiento y la capacidad nocturna del sueño.
Iris Leal