
La palabra “chakra” significa espiral o vértice en sanscrito y la utilizamos para designar los centros de energía de nuestra anatomía sutil. Estos vértices están en permanente rotación, transformando, absorbiendo, filtrando y distribuyendo la vitalidad desde el cuerpo etérico al cuerpo físico.
Siete son los principales y se corresponden cada uno con una glándula que regula las diferentes funciones del cuerpo humano en sus tres niveles. Estas glándulas afectan a nuestro funcionamiento corporal, al balance mental y a la integridad emocional. Cuando un chakra es estimulado revitaliza su zona de influencia y le acerca al nivel de conciencia, esto determina diversos grados de salud, claridad, competitividad, sociabilidad, etc. El sistema energético de los chakras distribuye la energía de manera equilibrada por todo el organismo por eso cuando uno de ellos se bloquea todo el sistema se desequilibra, el cuerpo físico se enferma y el mental también, manifestándose diferentes trastornos de diversa índole.
Un organismo saludable con sus chakras funcionando armónicamente genera un campo de energía saludable tanto físico como espiritual.
Un método sencillo de desbloqueo de los chakras es el trabajo con cristales. Estos poseen su propio campo de energía que nos proporciona fuerza, impulso y vitalidad, todos tienen una vibración propia como cada ser humano y su irradiación suave y constante actúa sobre su entorno de manera siempre positiva ayudando a recuperar el equilibrio físico y emocional.
Para su uso debemos guiarnos principalmente por el color de la piedra y su correspondencia con el chakra en cuestión. Para ello podemos basarnos en las siguientes características.

Habitualmente el color de las piedras es el que se asocia al color de cada chakra, sin embargo este no es el único indicador, también está lo que siente la persona.
Ya lo hemos dicho, somos Seres de Luz, tremendamente sabios y a veces podemos “sentir” que necesitamos una piedra determinada sobre alguna parte especifica del cuerpo y eso por supuesto también es correcto.
También nos podemos guiar por las características curativas que se atribuyen a cada piedra, aunque debemos decir que no todo está escrito sobre cristales, pues estamos recién reconectándonos con este conocimiento milenario.

La función de la terapia de los cristales sobre los chakras tiene como finalidad la limpieza, energización y armonización de los mismos.
De un total de siete chakras (existen muchos más, pero por el momento nos vamos a enfocar en estos siete principales), localizamos a lo largo de la columna vertebral, vemos que cada chakra cuida de un determinado aspecto energético y psíquico del ser. Es como si cada chakra fuese una raíz que respirase inspirando y espirando un determinado nivel de energía más útil que el aire, para vivificar su plano en la existencia. Igual que necesitamos respirar oxígeno para que el cuerpo permanezca vivo y saludable, también necesitamos respirar esas energías sutiles, de otras dimensiones, para que las vidas eterica, astral, mental y espiritual puedan también estar, simultáneamente, presentes en nuestra existencia, vivas y saludables.
A medida que vamos creciendo, las limitaciones del ego, los miedos, los anhelos, los deseos no realizados, los instintos reprimidos, la represión de la sexualidad y de la expresión personal, la carencia de autoestima, la autocensura y la culpa, los excesos para compensar esas carencias y demás, van atascando, bloqueando y poniendo fuera de uso las funciones salutíferas de esos chakras, provocando la enfermedad y la incapacidad de disfrutar de todo el potencial de la vida. Es la misma sensación que cuando nos resfriamos, con la nariz tapada, y nos debatimos, sofocados, buscando un poco de aire para alimentar los pulmones.
El contacto de los cristales apropiados con los centros bloqueados irá, inicialmente, limpiándolos, absorbiendo los bloqueos, desatascando su canal de contacto con la vida.

El primer paso de toda terapia es expeler aquello que está perjudicando.
Cuando recibimos una visita, no adelantamos nada adornando la casa si antes no la hemos limpiado. Después, ahora sí, los cristales energizarán esos centros, alimentándolos con su propia luz y energía para que tengan fuerza suficiente para recomenzar a trabajar por cuenta propia. Y, por fin, armonizar todos los chakras entre sí, pues es el equilibrio energético entre ellos de donde llega el verdadero bienestar de estar vivo.
Lo ideal es que la energía sea distribuida por igual entre todos los chakras, sin privilegiar a ninguno. No obstante, aconsejo que empieces a trabajar en ti mismo para experimentar, en los propios chakras, la acción y los efectos que los cristales pueden proporcionar. Aprende a curarte a ti mismo y entonces podrás curar a los demás.
No quiero decir con esto que en un caso de emergencia o de un simple dolor de cabeza no puedas ayudar a alguien sin antes haber experimentado contigo mismo. Estoy hablando de la acción deliberada y constante de ofrecer la terapia con cristales, lo que exige una práctica personal y mucha responsabilidad, ya que se están moviendo las energías de la vida de otra persona.
La selección y utilización de los cristales para hacer una terapia integral a otra persona resulta de un conocimiento profundo de los cristales y de la psique humana.
Confirmándolo con el péndulo, veremos cuáles son los chakras bloqueados, carentes y cuales los que consumen un exceso de energía. Entonces, seleccionaremos, también con la ayuda del péndulo (cuando sea necesario), los cristales favorables a ese diagnóstico, procediendo, inicialmente, a una fase de limpieza de los chakras, que puede durar de una a varias sesiones, según el grado en el que estén cerrados. Cuando los chakras carentes ya están bloqueados y los muy activos sedados, es el momento de comenzar la energización de aquellos que necesitan el estímulo de los cristales para retomar su actividad normal, lo que también puede durar una o más sesiones. Y, por fin, con la armonización, equilibramos todos los chakras, volviendo a estar el ser reintegrado, de vuelta a toda su potencialidad de vida, claro está, si él quiere y hace por merecer.

Por eso, no pienses en comenzar por el fin.
Empieza descubriendo, en ti mismo la energía de cada cristal, colocándolo en la palma de la mano, en la frente y sobre tus respectivos chakras.
Intenta sentir, aproximadamente durante 15 minutos el cambio de energía entre tu y él.
Has así con todos los chakras, intentando sentir si el cristal está absorbiendo o emitiendo energía.
En una segunda etapa, coloca un cristal sobre cada chakra hasta completar los siete chakras fundamentales.
Siente, entonces, el flujo energético corriendo por la columna vertebral, armonizando y equilibrando los siete chakras.
Para terminar, disfruta el placer y el bienestar físico, emocional y mental que esta experiencia ofrece.
Recuerda limpiar, activar y conectar con tus cristales 💎
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Abrazos de Luz 🌟
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